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Norma social vs Norma Mercantil

Nos encontramos en una de esas épocas del año en que la norma social se impone a la norma Mercantil.

Nos pegamos unas grandes comilonas, nos regalan cosas, nos invitan, nos abrazan, nos llaman, nos envían SMS, nos… y todo ello Porque es Navidad?. Os dais cuenta que todo este intercambio de emociones se hace gratuitamente.

Las normas sociales incluyen intercambios emocionales y peticiones de cualquier tipo sin ninguna transacción económica por medio. Es como abrirle la puerta a alguien: proporciona placer a ambos y no se requiere una reciprocidad inmediata.

El otro mundo, el de las normas mercantiles no tiene nada de cálido, los intercambios están perfectamente definidos: salarios, precios, alquileres, intereses, formas de pago, condiciones de envío… cuando uno se encuentra en el mundo de la norma mercantil, obtiene aquello por lo que paga; así es exactamente como funciona.

Mi admirado Dan Ariely realizó hace unos años unos experimentos sobre este tipo de comportamientos en la Universidad de Saint Thomas Houston.

En el experimento se desarrollo un programa de ordenador en el que se presentaba un círculo en la parte izquierda del monitor y un cuadrado que representaba una caja en la parte derecha. La tarea consistía en arrastrar el círculo utilizando el ratón del ordenador hasta meterlo en la caja. Una vez que se arrastraba el círculo y se introducía en la caja el juego empezaba de nuevo (más aburrida no podía ser la tarea). En el experimento se trataba de ver cuantos círculos se arrastraban en cinco minutos.

* Primer grupo. Se les pagaba 50 centavos por la tarea de 5 minutos. Este grupo arrastró una media de 101 círculos.

* Segundo grupo. Se les pagaba 5 dólares por la tarea de 5 minutos. Este grupo arrastró una media de 150 círculos.

Como podíamos esperar según las normas mercantiles si la persona se siente mejor pagada se esfuerza y rinde mejor.

* Tercer grupo. Se les presentó la tarea como una petición social, simplemente se les pidió el favor de realizarlo.

El resultado del tercer grupo fue de 168 círculos, los participantes se esforzaron más por el estímulo de las normas sociales no monetarias que por el del vil metal. Hay numerosos ejemplos que muestran que la gente se esfuerza más por una causa que por el dinero.

Bien, ahora vamos con la segunda parte de los experimentos: ¿qué ocurre si sustituimos el dinero por regalos?

* Primer grupo. Se les regalaba una barrita de chocolate Snickers (valor 50 centavos) por la tarea de cinco minutos. El grupo arrastró una media de 162 círculos.

* Segundo grupo. Se les regalaba una caja de chocolate Godiva (valor 5 dólares) por la tarea de cinco minutos. El grupo arrastró una media de 169 círculos.

La conclusión: Nadie se siente ofendido por un pequeño regalo, puesto que aun los regalos más pequeños nos mantienen en el mundo del intercambio social y apartados de las normas mercantiles. De hecho, pues, sólo pensar en el dinero nos hace comportarnos más como las mayoría de los economistas creen que nos comportamos y menos como los animales sociales que somos en nuestra vida cotidiana.

Vivimos en dos mundos, uno caracterizado por los intercambios sociales y otro caracterizado por los intercambios mercantiles. Y aplicamos normas distintas a esas dos clases de relaciones.

Un poquito más de normas sociales y que no sean sólo en Navidad.

Los Beatles proclamaron hace ya tiempo que «No puedes comprarme amor», y eso se aplica a muchas más cosas…

Extracto del libro Las trampas del deseo.


3 respuestas a «Norma social vs Norma Mercantil»

Alguien me dijo una vez una frase que ilustra muy bien esa situación » para saber dar, primero hay que saber recibir».

Yo sigo con mi visión del Tapiz.
Un saludo

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